En los a帽os veinte hubo un antiguo Centro Gallego que lleg贸 a tener un gran edificio, situado en Union Squareera el orgullo de la comunidad gallega
A la conclusi贸n de la guerra civil, los inmigrantes y exiliados gallegos, sabiendo que para ellos Espa帽a ya no guardaba esperanza alguna sintieron la necesidad de crear una peque帽a Galicia fuera de Galicia. Fue cuando el Frente Popular Antifascista Gallego se transform贸 en Unity Gallega, mejor conocida por Casa Galicia.
Ello sucedi贸 en 1940 poco antes de marcharse Alfonso Castelao para Buenos Aires. En las tertulias llevadas a cabo con los fundadores habl贸 de la falta de un lugar propio donde los gallegos se pudieran reunir y satisfacer el anhelo de conservar la lengua, folclore, m煤sica y valores culturales. Si Castelao fue una inspiraci贸n, la necesidad fue el ejecutor. Aquellos que no desoyeron sus palabras se organizaron y la colaboraci贸n fue entusiasta.
Los fundadores eran los mismos, en su mayor铆a gallegos, que durante la guerra civil hab铆an colaborado entusi谩sticamente con las menciona das sociedades espa帽olas, mayormente en beneficio de la Rep煤blica y las v铆ctimas inocentes de la guerra. Sin embargo, al establecerse la Sociedad, con el objecto de evitar las consecuencias de una continuaci贸n de la intensa fricci贸n pol铆tica producida durante la guerra, una de las exigencias principales fue la insistencia en la abstenci贸n absoluta de temas ideol贸gicos. (En 1940 hab铆a unos 48,000 inmigrantes espa帽oles esparcidos por Estados Unidos, aproximadamente el 10 por ciento viv铆an en torno a Nueva York, la mayor representaci贸n siendo gallega y se calcula que el 90 por ciento hab铆an simpatizado con la Rep煤blica). A ese fin en el Reglamento, bajo la Declaraci贸n de Principios, se incluy贸 el p谩rrafo siguiente:
Ser谩 ajena a todo partido pol铆tico, social o religioso determinado. En su seno caben todos los gallegos, cualquiera que sea su ideolog铆a, y los que sin serlo, apoyen sus fines, siempre que acaten los principios democr谩ticos.
Unos a帽os m谩s tarde, en el 1946, reci茅n terminada la guerra mundial, Alfonso R. Castelao volvi贸 a Nueva York y fue nombrado el 鈥減rimer socio honorario鈥. Desde Miami, en el viaje de regreso a la Argentina, escribi贸 estas letras:
Meus benqueridos irm谩ns: Xa cheguei ao-calor. O viaxe foi bo; pero apenas logrei durmire, porque dous neni帽os empe帽谩ronse en cantar a d煤o a as n谩is acompa帽abanos como ronc贸ns de gaita. O viaxe que deb铆a facer ma帽谩n adiateino para esta noite, de modo que a mi帽a chegada a Habana ser谩 cousa de horas.
Ainda non orden茅i as mi帽as inpresi贸ns da estada en Nova York. S贸io sei que de non pasar por ah铆 quedar铆ame un remordimento e que, cos catro dias que pasei entre v贸s, medrou o cari帽o que xa vos ti帽a e o optimiso que sempre sent铆n pol-a causa que defendemos.
Volvo a Bos Aires asombrado da obra que fix茅chedes. Esa casa 茅 un xoia. E non te帽o ningunha d煤vida de que os galegos de Nova York, aunque sean poucos, multiplicaranse expritualmente para formareno tr铆pode que mante帽a, a sona e o creto de Galiza. O plata, a Habana e Nova York; velahi os tres puntos fortes, que deben entenderse e coordinarse a s煤a aici贸n.
Levo conmigo, adem谩is do cari帽o fraternal que vos te帽o, o t铆tulo de premeiro socio honorario que me outorg谩chedes e o agradecimento que vos debo.
Vaia esta carta como primeiro saudo a o marcharme e non deixarei de mandarvos outras e de po帽ervos en comunicaci贸n coas entidades de Bos Aires, que saber谩n por min a vosa val铆a
Unha forte aperta para todos Miami, 27-Nov.-1945.
CASTELAO
鈥
Alfonso Rodr铆guez Castelao falleci贸 en Buenos Aires en el 1950 y fue el primer Socio de Honor de esta instituci贸n gallega. A veces una persona no vierte una gota de sudor nillega a ocupar ning煤n cargo pero su personalidad y esp铆ritu le convierte en la inspiraci贸n de grandes obras. Desde 1951 Casa Galicia ha honrado su memoria anualmente.
A los tres a帽os de fundarse la Sociedad, en 1943, el Art铆culo 7 del Reglamento fue enmendado con la declaraci贸n siguiente correspondiente al p谩rrafo (a): Ser谩n Socios fundadores todos aquellos que se hayan inscritos antes de la adquisici贸n, del primer edificio social, sito en la calle 59 de la ciudad de Nueva York.
Desafortunadamente si hubo una lista con los nombres de los fundadores lamentamos decir que no ha llegado a nuestras manos, pues no se halla en los archivos.
驴Qu茅 clase de personas eran los fundadores?
Pertenec铆an a una generaci贸n extraordinaria.
Fueron los inmigrantes el verdadero oro de Am茅rica, a expensas de los anti-sistemas que no supieron o, m谩s bien, no les conven铆a reconocerlo y aprovecharlo por temor a que desconcertaran el statu quo.
La prueba del potencial innato de los inmigrantes gallegosque se vieron obligados a abandonar GaliciaFue 茅sta clase de gente, hombres y mujeres inteligentes todos ellos corno diamantes sin pulir, que levant贸 una de las grandes instituciones 茅tnicas de Nueva York, Casa Galicia
A lo largo de las seis d茅cadas el valor acumulativo de la inversi贸n de los socios, en dinero y esfuerzo generoso, 茅ste representado por la mano de obra no remunerada, es lo que con el tiempo fue creciendo hasta que en la actualidad constituye la suma total del valor monetario de las propiedades de Casa Galicia.
Con frecuencia una generaci贸n levanta una casa, la segunda la disfruta y la tercera la derrocha. Somos los beneficiarios del fruto del sudor de los fundadores y primeros socios y debemos disfrutarlo, s铆, pero tambi茅n nos incumbe no derrocharlo y, siendo posible, mirar de que vaya a m谩s para el beneficio de aquellos que vengan atr谩s. Es as铆 como mejor ser谩n honrados aquellos pioneros a quienes tanto les debemos y en el proceso nos acabaremos honrando a nosotros mismos.
Cena para los socios - Casa Galicia de Nueva York
(28 de Octubre de 1950)
Cena para los socios - Casa Galicia de Nueva York
(21 de Julio de 1951)
A lo largo de los a帽os Casa Galicia ha tenido un impacto positivo e incalculable
Fue durante los a帽os 40, 50 y 60, cuando la Casa Galicia de Nueva York mejor cumpli贸 con su misi贸n al proveerle a los gallegos las actividades culturales y sociales que hab铆an formado parte de la vida antes de tener que abandonar la tierra nativa.
Para comprender la importancia del papel que ha desempe帽ado la sociedad hay que imaginarnos en Nueva York antes de los a帽os sesenta, antes de que la cuota de inmigraci贸n se hiciese equitativa para todas las naciones. Fue cuando se precipit贸 la ola de inmigrantes procedentes de Hispanoam茅rica, con la consecuencia de que la ciudad de Nueva York se convirti贸 en una de las grandes capitales de habla espa帽ola en el mundo.
Fue tambi茅n en esa 茅poca cuando comenz贸 a surgir el f谩cil y r谩pido acceso a Espa帽a v铆a los reactores y vuelos charter, a precios m贸dicos. Anteriormente, quien deseaba hacer un viaje a su tierra lo hac铆a sabiendo que deb铆a abandonar el puesto de trabajo que le hab铆a sido tan dif铆cil conseguir. Los barcos espa帽oles eran lentos y, como andaban recogiendo cargas, tocaban en los puertos sin fechas fijas y para hacer un viaje era necesario disponer de, no semanas, sino meses, Esta todav铆a no era la Am茅rica que hoy conocemos.
Primer edificio
1942, 113 Oeste, Calle 59
Segundo edificio
1954, 153 Oeste, Calle 64
Tercer edificio
1958, 405 Oeste, Calle 41
Cuarto edificio
1970, 119 Este, Calle 11
Edificio actual, desde 1994
37-09 31st Ave, Asotoria, Queens
el gallego siempre ha demostrado su gran capacidad para luchar, abrirse caminos y triunfar
En septiembre de 1940, una veintena de hombres se juntaron para sentar las bases de Casa Galicia, cuyo primer local fue destruido en el primer a帽o por un incendio. Los socios no perdieron el tiempo lamentando la desgracia. Con el seguro de incendios y la aportaci贸n financiera de los socios, se fij贸 el segundo local en un piso del No. 105 Oeste de la Calle 63, pero con el crecimiento de la Sociedad fue necesario comprar un edificio propio, 茅ste en el 113 Oeste de la Calle 59.
Fue en esta Casa Galicia de la Calle 59 que se crearon los primeros grupos art铆sticos (baile,gaitas, rondalla, ect.) y se inici贸 toda clase de actividad cultural, incluso festivales para recaudar fondos con el fin de sufragar los gastos de la sociedad.
Entre todas las actividades de Casa Galicia son las que corresponden a los grupos folcl贸ricos las m谩s importantes y las que le proveen una identidad aut茅ntica y exclusiva a la Sociedad.
La m煤sica y el baile son dos expresiones culturales que representan los sentimientos m谩s profundos de un pueblo. A trav茅s de los a帽os, medios art铆sticos como el Coro, la Rondalla, el Ballet Gallego y el Grupo de Gaitas, alentaron, no s贸lo el esp铆ritu de los socios, pero tambi茅n siempre obtuvieron resonados 茅xitos con sus variados programas actuando anualmente en el desfile del D铆a de la Raza por la Quinta Avenida y en otras actuaciones en Estados Unidos, Espa帽a y Puerto Rico.
Casa Galicia no s贸lo se preocup贸 por las actividades culturales y sociales, en beneficio de la comunidad gallega, espa帽ola e hispana de Nueva York, tambi茅n se interes贸 en fortalecer las relaciones con Galicia. Se patrocinaron muchas fiestas para la recaudaci贸n de fondos con el objeto de beneficiar a la Academia Gallega, La Cocina Econ贸mica, el Sanatorio Mar铆timo de Oza, la Fundaci贸n Penzol de Vigo, el Asilo de Ancianos de Lugo y otras instituciones, ello realiz谩ndose durante los a帽os m谩s dif铆ciles que atraves贸 Galicia.
Ha sido un socorro filantr贸pico para las v铆ctimas de naufragios en los mares gallegos, las inundaciones de Valencia en 1959, el hurac谩n de Puerto Rico y el terremoto de Chile en 1960, y el del Per煤 en 1970. Adem谩s los miembros se encargaron de recaudar donativos para la escuela de Castro Caldelas, la de Cecebre, el Colegio de Ba帽obre, ect.
Una de las actividades m谩s destacadas de la colonia espa帽ola en Nueva York fue iniciada por Casa Galicia, un homenaje a Severo Ochoa, de Luarca Asturias, ganador del premio Nobel en 1959, en medicina y fisiolog铆a. En cooperaci贸n con otras sociedades espa帽oles y con m谩s de ochocientas personas se reunieron en el Hotel Commodore para rendirle un tributo de admiraci贸n. En la historia de Nueva York jam谩s se hab铆a visto un acto espa帽ol tan brillante.
Lo que nunca anticiparon los fundadores y socios fue que llegar铆a el d铆a en que se ver铆an obligados a abandonar la casa que les hab铆a costado tanto desvelo y sudor. Ello surgi贸 cuando recibieron la notificaci贸n del proyecto del ayuntamiento de la ciudad de Nueva York para construir el Coliseum, y que el edificio ser铆a destruido. Al parecer fue un golpe tan grande e inesperado que algunos consideraron que resultar铆a mortal para la Sociedad. Pero una vez m谩s fueron los optimistas los que se movilizaron para dar el pr贸ximo paso y se mudaron para el n煤mero 153 de la Calle 64.
Sin embargo, este edificio tambi茅n fue expropiado en 1958, para darle paso al Lincoln Center. Esta vez se mudaron para la Calle 41 y Novena Avenida. Pero el ayuntamiento le segu铆a pisando los talones a Casa Galicia y, debido a la expansi贸n del Port Authority Bus Terminal, una vez m谩s los socios se vieron obligados a emprender la b煤squeda de otro local.
Fue cuando, en 1969, compraron el Webster Hall, en el 119 de la Calle 11, entre las avenidas Tercera y Cuarta, esta vez pagando al contado por un edificio, cuyo sal贸n principal era uno de los m谩s lujosos de la ciudad y ten铆a un capacidad para unas 3,000 personas.
Cuando se hab铆a comprado el primer edificio apenas se pudieran juntar $500 para el dep贸sito de compra. Las expropiaciones del ayuntamiento siempre le resultaron favorables para Casa Galicia. Con el crecimiento de las capacidades f铆sicas en esta 煤ltima sede, vino la expansi贸n de las actividades culturales y recreativas en la 茅poca m谩s prol铆fica, gracias a la colaboraci贸n entusiasta de los socios y a los administradores.
En el a帽o 1993, teniendo en cuenta que un gran n煤mero de los socios hab铆an fijado su residencia en Queens, se adquiri贸 un lugar interino, en el 39-22 de la Calle 30, en Long Island City, pero en diciembre del 1994 se inaugur贸 finalmente el local actual situado en 37-09 31st Avenue, Astoria, Queens. La propiedad en la Calle 11 de Manhattan sigue siendo provechosamente alquilada.
El 茅xito de cualquier pueblo o sociedad depende del esfuerzo colectivo de muchos, cada individuo contribuyendo a su manera y a sabiendas de que las ambiciones personales siempre deben ser supeditadas a los intereses de la entidad. En ese respecto Casa Galicia siempre ha sido afortunada ya que siempre, a la hora de la necesidad, ha podido contar con socios, directivas y presidentes que supieron hacerle frente a cualquier reto, trabajando en equipo y pose铆dos de una buena voluntad y des interesadamente entregados al fin dictado por la mayor铆a. Prueba de ello son las actividades que se est谩n llevando a cabo en la actualidad, una de las 茅pocas m谩s gloriosas, de lo cual muy posiblemente los fundadores se sentir铆an muy orgullosos.
Ha habido muchos presidentes que se sacrificaron y le dedicaron un esfuerzo superlativo a la buena funci贸n de Casa Galicia. Si el factor suerte ha tenido un papel importante se ha visto con la presencia de los l铆deres m谩s calificados en los momentos de la mayor necesidad. El buen desarrollo de Casa Galicia no hubiera sido posible sin la aportaci贸n de los l铆deres que ha tenido.
El otro ha sido Emilio Fl贸rez quien fue presidente en los a帽os 1944-47, 1951-52, 1959-60, 1965-72, 1974-76. Tambi茅n nativo de Sada, La Coru帽a, lleg贸 a Nueva York, en 1921, a poco de concluir la primera guerra europea. Fl贸rez siempre tuvo en cuenta la experiencia del fracaso del antiguo 鈥淐entro Gallego鈥, lo cual siempre le motiv贸 a luchar por la independencia econ贸mica de Casa de Galicia.
La historia de la odisea humana suele girar en torno a unos cuantos individuos que con la fuerza de su car谩cter y personalidad, poni茅ndose al frente o detr谩s del poder, se empe帽an en darle direcci贸n y vitalidad al ambiente que habitan. La colonia gallega est谩 endeudada a Emilio Fl贸rez, pues ha sido m谩s tiempo el alma, el dinamo, el timonel principal de esta instituci贸n, la misma que le suaviz贸 la transici贸n y existencia a tanto a inmigrantes gallegos, todos ellos pioneros que a su manera tambi茅n procuraron facilitarle la introducci贸n en los infinitos senderos que eligieron los descendientes hoy esparcidos por esta gran naci贸n.
No podemos olvidar la perenne labor valiosa y desinteresada de las mujeres cuya contribuci贸n Emilio Fl贸rez siempre consider贸 absolutamente imprescindible. Toda sociedad que prescinde de la energ铆a e inteligencia del g茅nero femenino excluye autom谩ticamente la mitad de su potencial y reduce sus posibilidades de una manera radical.
Un d铆a, habr谩 un cuarto de siglo, le pregunt茅 a Emilio Fl贸rez, fundador y catorce veces presidente de Casa Galicia, a qu茅 le deb铆a el hecho de haber persistido tantos a帽os en su empe帽o y con 茅xito. Pues era a 茅l, su liderazgo y esfuerzo, y el sacrificio desinteresado de otros como 茅l, a quienes se le debe el bienestar econ贸mico de la instituci贸n. A continuaci贸n sigue la esencia de su respuesta ofrecida sin una pausa para pensarlo.
鈥淐asa Galicia es lo que es gracias a las mujeres, a la Secci贸n de Damas, a su participaci贸n , en todo momento voluntaria para lo que fuese necesario y en beneficio de la Sociedad. Ninguna fiesta o actividad se ha podido llevar a cabo sin su colaboraci贸n desinteresada. Si he sido muchas veces presidente es por ellas, porque siempre supe que mi trabajo se har铆a f谩cil, ya que sobre ellas caer铆a la mayor responsabilidad.鈥
Desde el primer momento la colaboraci贸n incondicionable, incansable y sin fanfarria, de las mujeres en las fiestas, cacheladas, banquetes y otras actividades, le ha representado a Casa Galicia un valor incalculable, sin excluir los ahorros en sueldos que le ha ayudado primero a reducir las deudas y, con el tiempo, situarla en una buena posici贸n financiera. Responsables, generosas y positivas, siempre han sido un baluarte con el que siempre ha podido contar la Sociedad.
Sin la generaci贸n que viene atr谩s no hay futuro. Siempre fue y continuar谩 siendo el contacto con la posteridad.
Para los hijos y nietos de los socios Casa Galicia siempre represent贸 una experiencia y suplemento a la educaci贸n del hogar y escuela. A fin y al cabo, por muchos sobresalientes que adquieran los alumnos, es en el campo competitivo del deporte, en su participaci贸n en las actividades sociales y culturales, en el roce e intercambio social diario, donde ellos desarrollan y maduran y sse convierten en ciudadanos responsables. Es por medio de la experiencia que los j贸venes descubren qui茅nes son. Los triunfos son los que les proveen el concepto que adquieren de s铆 mismos y son las adversidades y fracasos los que le fortalecen el car谩cter para resistir las tentaciones e influencias negativas. Es as铆 como completan su educaci贸n y se preparan para hacerle frente a todo lo que el mundo tenga que ofrecerles. Ese beneficio no se puede sacar de ning煤n libro o aula. La experiencia, preferiblemente patrocinada por los mayores, en un ambiente controlado como el que ofrece Casa Galicia, un ejemplo siendo la discoteca, no tiene sustituto ni hay dinero que la pague.
Muchos socios siempre reconocieron instintivamente que la inmersi贸n de los hijos en las actividades de Casa Galicia deb铆a llevarse a cabo a la edad m谩s temprana posible, antes de que adquiriesen complejos. La recompensa a largo plazo fue una m谩s f谩cil transici贸n a la mayor铆a de edad y un m谩s suave ingreso en el mundo de la dura realidad. Muchos padres y abuelos lo intuyeron y por ello se empe帽aron en llevar semanalmente a los hijos y nietos a las actividades culturales y sociales. Es esa mismo juventud la que cuando lleg贸 a pisar las huellas de los mayores se dio cuenta de la importancia de lo que hab铆an hecho por ellos y procuraron duplicar ejemplo. Es a partir de ese momento que empezaron a honrar la memoria de sus nombres.
A continuaci贸n incluimos unos p谩rrafos extra铆dos del libro de memoria, 1972-1973, siendo presidente el Sr. Francisco Casti帽eira, que resume las actividades en que siempre participaron las juventudes.
鈥淓sta secci贸n [de Juventudes] que ha sido creada hace a penas seis a帽os, ya cuenta en su haber grandes logros, tanto en el campo social como en el deportivo. En lo social mantenemos nuestros bailes dominicales, trabajando intensamente para que sean un 茅xito en todos los aspectos, pues creemos aparte de lo econ贸mico le dan prestigio a la sociedad. Cerramos el a帽o social con el certamen para elegir Miss Juventudes, culminando con un fastuoso Baile de Coronaci贸n, siendo 茅ste sin lugar a dudas el m谩s elegante, hermoso, alegre y brillante de la colonia Hispana de New York.
En el campo deportivo, creamos un equipo de f煤tbol, nuestro N.Y. Galicia, que en un corto tiempo se convirti贸 en un potente conjunto... clasific谩ndose vice-campeones en 1970-71, y nada menos que campeones en 1971-72.鈥
En resumen, en cuanto a las juventudes, sean las que asisten a la discoteca, aquellas que forman parte de los grupos folcl贸ricos o las que se presentan para Reina de Casa Galicia, en la actualidad siguen honr谩ndonos a todos y nos llenan de orgullo, y nos convencen de que el roce con otros de su edad y origen, dentro a del ambiente que ofrece Casa Galicia, les est谩 encauzando por un camino sano hacia el futuro.
Esta breve historia no ha hablado de la aportaci贸n de los muchos individuos cuyo papel ha sido important铆simo en el desarrollo y funci贸n de Casa Galicia. Habr铆a que hablar de c贸mo los distintos presidentes de esta instituci贸n gallega, los presidentes de secciones, los directivos y vocales, quienes con sus ideas, iniciativa y sacrificio personal fueron dejando su marca en Casa Galicia a trav茅s de los a帽os, pero para darles el merecido y debido cr茅dito habr铆a que escribir una historia voluminosa.
Cabe mencionar a una de las personalidades m谩s destacadas. Emilio Gonz谩lez L贸pez nunca fue presidente pero fue una de esas personas cuyapresencia se dej贸sentir durante cinco d茅cadas. En palabras del ex-presidente Amado Ric贸n, en un art铆culo en el libro de Memoria 1976-1977, Gonz谩lez L贸pez mantuvo 鈥渆sa fogueira galega a traveso de conferencias, charlas e discursos, al茅n dos sabiios consellos dados nas Xuntas de Casa Galicia, para quen foi unha das raz贸ns da s煤a eisistencia espiritual e cultural galegas... Gonz谩lez L贸pez tam茅n 茅 Socio de Honor, mais este t铆tulo labr贸uno co seu esforzo, s煤a adicaci贸n e seu amor polas causas de Galicia.鈥
En los a帽os veinte hubo un antiguo Centro Gallego que lleg贸 a tener un gran edificio, situado en Union Square que, en aquel tiempo, era el orgullo de la comunidad gallega, en cuya propiedad acabaron instal谩ndose las otras sociedades espa帽olas. Pero la gran depresi贸n econ贸mica que azotaba el pa铆s acab贸 con la instituci贸n. Muchos de los socios fueron absorbidos por la Sociedad Ben茅fica Espa帽ola, La Nacional y durante la Guerra Civil, por el Frente Popular Antifascista Gallego. Entre otras sociedades activas en aquella 茅poca se encontraban el Centro Asturiano, Centro Vasco, el Club Obrero Espa帽ol, Segura F.C., las Sociedades Hispanas Confederadas, adem谩s del C铆rculo Valenciano, etc.
La prueba del potencial innato de los inmigrantes gallegos, muchos de ellos campesinos y jornaleros que se vieron obligados a abandonar Galicia, generalmente sin oficio o una educaci贸n adecuada, se lleg贸 a ver, si no en sus acontecimientos, s铆 en el 茅xito de los hijos y nietos que supieron aprovechar las generosas las generosas oportunidades de la naci贸n anfitriona. Fue 茅sta clase de gente, hombres y mujeres inteligentes todos ellos corno diamantes sin pulir, que levant贸 una de las grandes instituciones 茅tnicas de Nueva York, Casa Galicia.
A lo largo de los a帽os Casa Galicia ha tenido un impacto positivo e incalculable, no s贸lo sobre los gallegos pero tambi茅n sobre otros grupos espa帽oles e hispanos.
Fuera de Galicia, libre de impedimentos pol铆ticos, burocr谩ticos y caciquiles, el gallego siempre ha demostrado su gran capacidad para luchar, abrirse caminos y triunfar. Lo ha manifestado siempre cuando le ha tenido que hacer frente a los retos a solas y tambi茅n cuando ha trabajado en equipo, siendo ejemplo de ello la trayectoria hist贸rica de Casa Galicia.